Aventuras de las buenas

Hace unos meses preparé un artículo para la revista Susy Q, sobre el valor de proyectos pedagógicos en los que la danza se mezcla con otros saberes o entra en contextos donde no es habitual hablar de cuerpos. Como suele suceder, se me quedaron muchas cosas fuera; en el artículo sólo pude centrarme en mi experiencia con el proyecto #ilustradanza, y me limité a mencionar otros ejemplos, pero me quedé con las ganas de contar más sobre cada uno de ellos. Hace poco le dediqué un espacio a #aprendanza (desarrollado por LÓVA en colaboración con la CND y dirigido a docentes), con una entrevista a su coordinador Pedro Sarmiento.  Hoy recupero las palabras que Andrea Quintana , creadora e impulsora de La buena aventura, me enviara hace meses para hablarme de este proyecto que arrancó en Málaga pero que continúa por otros territorios, siguiendo su vocación nómada.  Así que aprovecho este lapsus de tiempo para recoger aquí las últimas propuestas que La buena aventura viene lanzando desde A Coruña, ciudad donde reside ahora Andrea y en la que nos hemos venido encontrando. (Gracias, Andrea, por dedicar el tiempo a explicar con palabras lo que hacéis desde el cuerpo. ¡Y por la paciencia de esperar a verlo publicado!).

La buena aventura nació en 2014 con la llegada de Andrea a Málaga, de la necesidad personal de dar un espacio adecuado a sus procesos creativos, lo que pasaba por generar un lugar «desde el que compartir y tender puentes». Conocí a Andrea viendo su solo de danza «Ángel cojo» en el festival Costa Contemporánea 2014. Creadora gallega de múltiples facetas, Andrea Quintana (la variopinta) estudió danza clásica en el Conservatorio de A Coruña, ampliando su formación en Madrid, Barcelona y Bruselas, ciudad donde también comienza a estudiar dibujo en la escuela de Bellas Artes de Saint Joose Noode. Ha compaginado sus proyectos y creaciones personales con trabajos al lado de creadores como Jose Reches, Carmen Werner o las compañías de Daniel Abreu, Arrieritos, La Familia, Ertza, Pisando Ovos, Cielorraso o Malqueridas. En la actualidad Andrea sigue embarcada en aventuras variopintas, como el proyecto colectivo Hollywood (que se estrenará en el Museo Pompidou de Málaga en marzo) o «Felices» con Rebeca Carrera.

Y, cómo no, sigue dando vida a La buena aventura: «Después de darle vida el proyecto en sí mismo fue creciendo solo y creando un ecosistema nutritivo, digamos que su deriva lo convirtió en lo que ha sido hasta ahora esta aventura.» Conociendo su génesis, no es de extrañar que La buena aventura se defina como «energía nómada que facilita encuentros expansivos para el estudio de las artes del cuerpo». Desde el cuerpo como punto de partida, insiste en la mezlca de sentidos y prácticas artísticas (el dibujo, la voz, la letra escrita, la música, la arquitectura…), para lo que invita a confluir a otros colectivos. Un proyecto sin un espacio físico propio que quiere hacer vibrar el espacio público para hacer vibrar  al cuerpo público.

Por La buena Aventura en Málaga han pasado ya los cuerpos de Janet Novás, Teresa Navarrete, Igor Calonge, Rut Balvís, Álvaro Frutos, Lipi Hernández, Guillermo Weickert, Daniel Abreu, María Cabeza de Vaca o Luz Arcas. Más allá de plantear un taller de movimiento, todos ellos abrieron el espacio de la danza a un laboratorio de creación en colaboración con artistas plásticos, fotógrafos, dramaturgos y otros colectivos artísticos o escuelas, generando resultados que se expanden desde la práctica de la danza y que dejan una memoria documental colectiva de lo sucedido.

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Taller con Guillermo Weickert. Fotografía Esther Pita

-¿Cómo fue la gestación de La buena aventura?

Al llegar a la ciudad me encontré un vacío en cuanto a contenidos pedagógicos con profesionales de la danza a nivel nacional. Me empecé a preguntar qué podía hacer yo allí y qué podría aportar a la ciudad. Por suerte después de 12 años de trabajo profesional conozco a muchas personas del sector, con lo que se empezó a encender la bombilla. Podría acercar mi contexto, trayectoria, y experiencia a la ciudad y empezar a generar cosas allí. Eso hice.

Aunque el proyecto se pensó como algo que podría realizarse en cualquier espacio, había ya un proyecto en la ciudad que llevaba 5 años funcionando en el conservatorio profesional de danza, CONTACT IMPRO MÁLAGA pilotado por Virginia Maldonado. Este fue un lugar de inspiración ya que ví que era posible hacer algo, y que un lugar posible para hacerlo era en el Conservatorio. Creo que es importante dinamizar estos espacios públicos, casas de la danza, que en algunos casos se adormecen y olvidan relacionarse con el exterior. Tuve la suerte de cruzarme con Marina Barrientos, una de las profesoras del centro, a la que le entusiasmó y confió en el proyecto ( aunque en ese momento aún era una semillita). Este es el modo en el que todo comenzó.

-En su declaración de principios, decís que nace «con ganas de ser intervenid*s / interferid*as y crear sinergias. ¿Por qué consideráis que es importante trabajar de este modo colectivo y de búsqueda de sinergias? 

El proyecto en sí desea ser poroso y de múltiples direcciones; todas las colaboraciones e interferencias que pueda tener, tanto por parte de proyectos ya existentes como de personas interesadas, lo hará un ecosistema más rico y vivo que si estuviera encerrado en sí mismo. Por ello está abierto a acoger y colaborar con otras propuestas, porque la buena aventura está formada por gente con muchas ganas de aprender.  Respecto al porqué de mezclar disciplinas, creo que es una evidencia que de la mezcla brota la riqueza, que de la confluencia se expande, la cultura se reinventa y se convierte en un arte vivo que crece, se contagia, se transforma y se multiplica… en concreto la danza es un arte que tiene que trabajar la expansión en el sentido educativo. Sin duda la danza pertenece a la memoria colectiva de cualquier cultura, visible en su Folklore, pero esta sociedad está muy desconectada del cuerpo y es importante, desde el lugar en el que yo trabajo, acercar y ofrecer constantemente la oportunidad de volver al cuerpo. Es importante a través de la práctica experiencial hacer entrar en conciencia de lo transformador que puede ser para nuestro contexto social una educación desde la creatividad. La educación que tenemos tiene que cambiar y en esto siento que tengo toda la responsabilidad de hacerlo.

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Taller con Daniel Abreu

Claro que el motor inicial de La buena aventura era traer a profesionales de la danza a Málaga pero también dar a conocer a otros sectores la práctica del bailarín, el lugar de trabajo, poder ofrecer al espectador otro modo de ver la danza desde su entrenamiento y no solo desde la butaca de un teatro, si no desde su trabajo físico. Pensé que sería interesante hacer confluir las disciplinas y además poder crear un lugar para el registro y la documentación. El aula se abre a cualquier disciplina que quiera colisionar con la danza de forma gratuita. ¿Cuál es la devolución? Documentar mediante su disciplina su experiencia en el curso y compartirlo con l*s participantes.

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En construcción de Janet Novás. Fotografía Virginia Rota

Por La buena aventura han pasado artistas en colisión como Virginia Rota, Serafín Mesa, Omar Jaanan, Colectivo Urban Sketchers de Málaga, Javier hidalgo, Esther Pita, Daiana Martin, Miguel Barranco o Víctor Sánchez.  Algunos de ellos han hecho parte de las prácticas físicas propuestas por los profesores: Personalmente, creo que esta ha sido una de las cosas más gratificantes del proyecto: saber que personas que en un principio iban a ser observadoras, se han convertido en participantes activos y han experimentado con su propio cuerpo lo que después se convertiría en un resultado artístico de una práctica activa. Creo que estas personas nunca antes hubieran practicado cuerpo, de este modo, rodeados de bailarines, si no se hubiera facilitado un contexto así para ellos. La buena aventura ha tenido participantes de todo tipo: profesionales de la danza, alumnos del conservatorio, actrices y actores, artistas plásticos, gente amateur y personas que nunca antes habían bailado y se aventuraron a acercarse al taller. Esa es otra de la riqueza de los cursos de La buena aventura, la diversidad de públicos y el brillante equilibrio que se genera gracias a las profesionales prácticas propuestas por los profesores invitados. Andalucía se ha movido a Málaga y se ha conseguido participación de gente desde Granada, Sevilla, Cádiz y Córdoba, desde mi punto de vista, eso ha sido un exitazo.

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Taller con María Cabeza de Vaca

-¿Cómo es el trabajo entre las personas responsables que colaboráis un proyecto desde áreas de conocimiento muy diversas?

El proyecto, a medida que ha ido creciendo, ha necesitado de cómplices, con los que he tenido la suerte de colaborar. Entre ellos SURTERRÁNEO TEATRO, EL QUIRÓFANO, SERAFÍN MESA, LA ASOCIACIÓN PAD y MARINA BARRIENTOS, que de un modo u otro están presentes, apoyando y empujando el proyecto, además por supuesto de la implicación de los participantes y l*s profesores invitados.

-En tu caso, como bailarina, ¿que experiencia previa tenías en otros campos que habéis explorado en La buena aventura, como por ejemplo el dibujo ? ¿Cómo ha influido en tu propio trabajo (y en la percepción del mismo) el intercambio?

A lo largo de mi desarrollo profesional siempre me he cuestionado qué soy o qué etiqueta ponerme, hasta que descubrí que mi riqueza era la de ser variopinta: bailo, dibujo, hago masajes, cocino, hago música, me gusta inventar proyectos, dar clases, ser la intrusa de todas las artes…. En definitiva, soy de mezclar. Imagino que estos últimos años, en los que me he dedicado más al estudio del dibujo y la ilustración en L´academie de Beaux Arts de Saint Jose Noode Bruxelles y en La escuela de Arte de San Telmo Málaga, me han hecho comprender mejor esto de fusionar. En mis creaciones siempre tengo muy presente la expresión plástica ya que es un lenguaje que me complementa y me acompaña.

-Como experiencias concretas a mencionar por parte del La buena aventura, ¿Podrías contarnos un poco sobre los proyectos en los que habéis trabajado específicamente el encuentro entre danza e imagen?

Quiero destacar el proyecto artístico «Coloreografías«, de SERAFÍN MESA, ya que considero que ha sido de los resultados más interesantes… ¡aunque todos han sido muy interesantes, cada uno a su modo!  Serafín dejó estos resultados como artista en colaboración en el taller ‘cuerpo sensible’ con ÁLVARO FRUTOS. Ideó un proyecto bidireccional, a través de sus experiencias en los talleres: crea una serie de dibujos en formato flickbook, ofreciendo  a los participantes del taller y a todas las personas interesadas la posibilidad de descargarlos a través de su página  y colorearlos. Con los resultados que se le reenvían, él realiza una video animación y los participantes pueden quedarse con el flickbook.  OMAR JANAAN , ilustrador, diseñador y humorista gráfico, nos dejó también como documento un diario gráfico del taller.

 

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Coloreografías de Serafín Mesa

Otro de los encuentros más positivos fue el desarrollado en el Taller de danza con MARÍA CABEZA DE VACA en colaboración con Urban Sketchers de Málaga – Colectivo de dibujantes, quienes participaron de forma masiva y entusiasmada. Más allá de los bocetos que realizaron, participaron en el inicio de la práctica física de forma voluntaria y creo que no se hubieran acercado nunca al cuerpo si no hubiera sido de este modo. Los resultados se pueden ver aquí.

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Rafael Comino, Urban Skectchers Málaga

Y hubo más encuentros con resultados muy interesantes: VIRGINIA ROTA, fotógrafa y cineasta, hizo un vídeo-documental del taller con JANET NOVÁS. ALBERTO CORTÉS, director de escena de Málaga, escribió un texto donde las palabras se convierten en imágenes, como resultado del taller con DANIEL ABREU. El fotógrafo MIGUEL BARRANCO trabajó en colaboración con IGOR CALONGE. Y el pintor JAVIER HIDALGO nos dejó sus resultados del taller con GUILLERMO WEICKERT… entre otros.

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Cuando hice esta entrevista a Andrea, en agosto de este año, anunciaba ya que imaginaba el futuro de La buena aventura continuaría su evolución natural, mutando y reinventándose constantemente… «Los deseos están puestos en seguír, en seguir generando, en seguir mezclando disciplinas, en seguir ofreciendo un lugar de confluencia en creciendo y aprendiendo, recibiendo y dando. Por mi espíritu nómada la buena aventura me acompañará allí donde yo esté para seguir generando, tejiendo redes, creando puentes y con la voluntad de atravesar y ser atravesado, porque no hay fronteras, porque la danza mola, porque lo creativo engancha, porque todo lo que imaginamos que puede suceder es porque puede suceder…. Ya que es una aventura dejaré que me sorprenda.»

Y así está sucendiendo: hoy La buena aventura continúa desplegando su energía nómada en A Coruña, impulsada por la energía nómada de Andrea. Los próximos 12 y 13 de diciembre propone un taller de nuevas dramaturgias y creación contemporánea con Alberto Cortés, bajo la sugerente propuesta de «No cometerás actos impuros». En colisión con la asociación cultural Manicómicos. Una oportunidad más para serguir aventurándonos, juntos, en la creación desde todos los sentidos.

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http://labuenaaventura.jimdo.com/

https://www.facebook.com/labuenaaventura.arte/

 

 

 

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